28.10.06

canción de la semana: fidelity.

Dudo que Regina Spektor sea la nueva Fiona Apple, pero de que esta canción está buena, lo está. Aquí, un pequeño treat hasta que vuelva el tiempo libre y con él un comentario más largo.
saludos.



14.10.06

memorias de la semana: 10 años de fiona apple.

Tenía unos doce años y ya había visto un par de veces en MTV el video de Criminal, y había quedado pegado a la pantalla. Una joven de tan sólo 19 años, de una flacura digna de desorden alimenticio, ojos claros y voz potente, se revolcaba en una alfombra pidiendo disculpas por tratar mal a un hombre.
Pese a que el video había llamado mucho mi atención, no se comparaba a lo que vendría después. Todavía me acuerdo la primera vez que escuché la primera pista de Tidal el primer disco de Fiona Apple. La canción se llama Sleep To Dream, y lo primero que pensé (y que sigo pensando) fue que sonaba como un conjuro. Fiona era una bruja, deseándole lo peor a alguien en algún tipo de rito desconocido, y yo, de cierta manera, a esa edad también le deseaba cosas malas a la gente. Por eso, me fumaba mis primeros cigarros encerrado en el baño escuchando a Fiona, y cosa curiosa, casi 10 años después, de vez en cuando al escuchar esa canción le sigo deseando mal a la gente.
Puedo decir casi seguro que Tidal es el primer disco que me agarró y me rayó. De principio a fin, me parecía (y me sigue pareciendo) una obra maestra con algún tipo de droga adictiva. No sé bien si es la voz de Fiona, la emoción con que canta, el piano o sus letras, pero todas las canciones significaban algo para mí. En algunas me sentía directamente aludido, en otras buscaba a alguien (en mi puberal habitat) que las personificara y en un par simplemente me dejaba llevar por el ritmo (me demoré años en entender The First Taste y ahora es una de mis favoritas…).
Aparentemente no fui yo el único en caer en las redes de Fiona Apple, en un mundo pre internet costaba mantenerse al tanto, pero la crítica norteamericana perdió la cordura con esta joven, de un background completamente disfuncional (en su adolescencia le diagnosticaron trastorno obsesivo compulsivo, fue violada camino a su casa a los 12 años, etc). El 98 este disco se ganó el grammy a la mejor perfomance femenina
de rock y además de seguir disfrutándolo sólo quedaba esperar a una nueva entrega.
El 99 Fiona Apple lanzó When the Pawn… (los tres puntos representan la lista de palabras que faltan y que le dieron al álbum el honor de tener el récord Guiness al título de CD más largo) y me vi nuevamente atrapado por ella. Con más conocimientos músicales y más comprensión del inglés, me parecía que su segundo álbum era un avance músical, una Fiona más vanguardista, pero que seguía bajo la misma premisa: Joven disfuncional y caótica, a veces orgullosa y otras avergonzada de su condición, confesándonos todo. Ahí fue cuando descubrí lo que más me atrae de Fiona Apple, y es que ella es un ser humano común y corriente (bueno, quizás un poco más anormal que el promedio) con una honestidad brutal, sin complicaciones a la hora de analizar sus rarezas y que, como por si fuera poco, tiene un talento musical tan grande como para hacer que todo esto suene armónico.

En When The Pawn Fiona pasa la mayoría del tiempo cantándole a alguien, usando un chivo expiatorio para su errores, disfuncionalidades y locuras: en Limp sigue deseándole mal a alguien y recordando con rabia y en A Mistake afirma sin ningún tipo de pudor “I wanna fuck it up again”. Sin embargo, en Love Ridden nos muestra que también sufre, que no todo es rabia y que a ella, como a todos nosotros, el dejar de querer a alguien es algo terrible.
El 2003, Fiona entregó a ejecutivos de la Sony la versión terminada de Extraordinary Machine, su tercer disco. La gente del sello no encontró que el disco tuviese potencial comercial y supuestamente no vería la luz. Sin embargo, el disco se filtró y apareció en internet, con miles de gente descargándolo y provocando un gran hype. Obivamente, los de Sony lo repensaron y decidieron editar el CD el 2005. Para diferenciarlo de la versión que se había filtrado, Apple contactó a Mike Elizondo (productor de conocidos artistas de Hip Hop como Dr. Dre) y juntos retrabajaron el material original, y de las doce canciones del disco editado, sólo dos se mantuvieron iguales a las originales, nueve fueron reelaboradas y una nueva fue agregada. Con toda la controversia que la prensa y los propios fans de Apple se habían encargado de generar, el disco debutó en el lugar nº 7 del Billboard.
Personalmente creo que la gran novedad que tiene este álbum, pese a que Fiona sigue cantando sobre penas y rabias, está reflejada no sólo en las innovaciones musicales, si no que en nueva parada de ella frente al mundo, sob
re todo en la última canción, Waltz (Better Than Fine). Aquí, Fiona Apple se declara tranquila, que está más que bien con o sin las cosas que podría llegar a querer y creo que es la primera – si no la única canción – en que suena relajada y conforme.
Ahora que ya han pasado casi 10 años desde que me encerraba a fumar en el baño, yo también estoy aprendiendo a ver el lado positivo de las cosas,
a conformarme con lo que tengo y de a poco sacar las fuerzas para estar más que bien. Han sido 10 años intensos, con altos y bajos pero que ahora están mejor que nunca y curiosamente, Fiona sigue aquí para acompañarme en el proceso.







5.10.06

artista de la semana: camille.


Camille Dalmais es una excéntrica parisina de 28 años que lleva ya dos años siendo una de las artistas más vendidas en su país natal y que poco a poco expande su éxito por Europa y el mundo.
Su primer disco (Le Sac des Filles – 2002) fue entregado como tésis al terminar su carrera de ciencias políticas y luego al ser editado, llamó la atención de los franceses Marc Collin et Olivier Libaux quienes la enrolaron para cantar en Nouvelle Vague, un colectivo jazz que toma canciones punks de los ochenta para que francesas con marcados acentos las canten. Después del suceso alcanzado con la gira europa de Nouvelle Vague, Camille lanzó un segundo disco (Le Fil – 2005), el cual deja en evidencia todo su talento y excentricidad.
Le fil comienza con una nota si, que se sostiene a lo largo de todo el álbum. Esta nota tocada por ella misma es el hilo conductor del CD (he ahí el juego de palabras con fil, hilo en francés) y nos guía por las 18 pistas que componen el disco (incluídos los 31 minutos que dura la última pista). Camille insipira fuerte antes de tocar el si, y ese aire lo va a necesitar bastante porque hay que agregar que la mayoría de las bases de las canciones de Le Fil es Camille haciendo de human beatbox.
A lo largo de Le Fil, Camille grita, canta e incluso hace arcadas, todo para mostrarnos su inusual mundo interno, pues es ella la verdadera heroína de esta historia. Primero Camille se bautiza como la joven mujer de cabellos blancos (La jeune fille aux chéveux blancs) que desea dejar atrás lo que ha vivido, amenaza con que ya ha pasado suficiente tiempo sentada escribiendo y que es hora de salir al mundo (Assise), exige que la llamen por su verdadero nombre/identidad (en la fenomenal trilogía Janine I, II, III) y pide que el amor la deje para poder vivir en paz (Pourque l’amour me quitte, canción que en el booklet Camille cuenta que la escribió internada en un hospital). Pero finalmente Camille encuentra la luz (Lumière) y corta su si. Claramente nuestra heroína viene de un mundo complejo, pero aparentemente puede vencerlo.
Este año Camille lanzó Live Au Trianon un disco en vivo en el cual su excentricidad queda en evidencia (en Vous camille canta Humpty Dumpty con acentro británico y como ópera, para luego terminar eructando), pero personalmente creo que el talento aquí es un poco más discutible. Si Le Fil deslumbraba por sus mezclas de música, beatbox y cantos a veces desafinados, Live hace que su proyecto ambicioso de ser omnipresente en sus canciones suene un poco caótico. Ya no hay un hilo conductor que lo haga un disco conceptual, ni máquinas a las que le sean más fáciles mezclar el freestyle de Camille jugando al beatbox con su voz pretendiendo ser cantante lírica. Lo que parte muy bien en las primeras canciones (La jeune fille aux chéveux blancs, Assise) termina como un disco que yo creo se agradece más si uno hubiese estado presente en el Trianon. En todo caso Camille en vivo se la juega por dar un espectáculo alucinante y aunque pierda la calidad que tiene en estudio, a juzgar por los gritos del público, Camille pone en escena un gran show.